El pasado 27 de octubre la Fundación Woman Forward, junto a la Universidad Pontificia de Comillas, presentaron el informe “Visión de los hombres sobre la igualdad de género en la empresa”, en la que se da a conocer el punto de vista, las actitudes y las expectativas de los hombres directivos hacia sus compañeras en el mismo cargo y en los órganos de gobierno corporativo.
El acto tuvo lugar en la sede de la Universidad Pontificia de Comillas, a cargo de Mirian Izquierdo, Presidenta de la Fundación Woman Forward y Eugenia Fabra, Profesora de la Universidad Pontificia.
Para el estudio, se han encuestado a más de 350 directivos varones que operan en distintos sectores, con estudios superiores de entre 45 y 54 años, con una media de 20 años de experiencia laboral y entre 5 y 27 años de antigüedad en la empresa. Sus respuestas han servido para explorar cómo éstos perciben diferentes roles ante un mismo puesto directivo en función del género; los beneficios percibidos en los roles de gestión tipificados por género y las actitudes hacia el avance profesional de las mujeres.
El propio documento hace una reflexión sobre qué aspectos deben revisar las organizaciones, administraciones y reguladores para lograr una igualdad real entre hombres y mujeres.
Las conclusiones a las que se han llegado tras realizar la investigación es que, en España, los hombres directivos tienen prejuicios y estereotipos de género cuando son las mujeres las que desempeñan las funciones de directivas. Así mismo, estos estereotipos suponen un hándicap para el desarrollo profesional de las directivas.
Según los datos del estudio, la percepción de los hombres es que ellos “son buenos en la toma de decisiones, ayudan a alcanzar objetivos, contribuyen a un mejor conocimiento del mercado y al crecimiento económico”. Sin embargo, las mujeres “destacan fundamentalmente en contribuir a la imagen y reputación de la empresa, en mejorar la transparencia y la ejemplaridad, en ayudar al empoderamiento de otras mujeres y, a aportar justicia social”.
“Los hombres directivos esperan que las mujeres colegas desempeñen roles distintos a los suyos, tal y como ocurre fuera del trabajo”, señala Izquierdo.
Así, para los directivos a los que se le ha preguntado, existen dos tipos de roles claramente diferenciados en función del género. El masculino: relacionado con la toma de decisiones estratégicas, la búsqueda de soluciones que ayudan a los objetivos de la empresa y un mejor manejo del mercado. Y por otro lado el rol femenino: enfocado a acciones para mejorar la imagen de la empresa, su comunicación y su compromiso social.
Los directivos varones creen que es importante para la empresa que las mujeres directivas desempeñen su rol en lo que ellos mismos estereotipan como rol femenino. Para Mirian Izquierdo “esta diferencia permite intuir que los hombres directivos se acercan a convertirse en agentes de cambio”. Cabe destacar que este sesgo en la percepción de roles se observa menos en empresas multinacionales comparado con las empresas españolas.
Según Izquierdo, este sesgo cognitivo se debe al “efecto desbordamiento”. Este fenómeno psicológico explica que los individuos proyectan en su lugar de trabajo sus creencias personales sobre las conductas típicamente asignadas a hombres o mujeres fuera del ámbito laboral.
Es decir, los hombres directivos esperan que sus colegas mujeres estén orientadas a las personas, sean solidarias, empáticas y colaboradoras; mientras que las expectativas para los hombres es que éstos estén focalizados al desempeño, la planificación, y se espera que sean decisivos y dominantes.
Sin embargo, pese a que las dos conclusiones anteriores dejan ver que los hombres valoran positivamente la diferencia de género ante un mismo rol, lo curioso es que es que los directivos son más propensos a apoyar a sus compañeras si estas actúan “como un hombre”.
“La teoría de la congruencia de roles explica que los individuos desarrollan actitudes positivas y valoran a aquellas personas que, en sus conductas, son congruentes con los estereotipos sociales que de ellas se espera. La teoría dice que los hombres que perciben a las mujeres como congruentes social y profesionalmente en los roles de tipo masculino, son hombres que no creen en los estereotipos tradicionales de género. Estos hombres desarrollan actitudes positivas hacia las mujeres en el trabajo, independientemente del puesto que ocupen o del rol directivo que desempeñen” explica la Presidenta de Woman Forward.
“Sin embargo, la investigación desvela que los hombres que valoran a las mujeres desempeñando roles directivos estereotipados como femeninos, no desarrollan necesariamente una actitud positiva hacia ellas. Se trata de hombres que creen en los estereotipos de género de la sociedad y los trasladan al ámbito de la gestión, pero sin embargo no valoran esta congruencia en las mujeres. Por tanto, son hombres que, independientemente del rol desempeñado por la mujer directiva y de los estereotipos, simplemente no valoran a la mujer directiva”.
Como conclusión final, Izquierdo señala que “solo llevando a cabo cambios en las necesidades requeridas para los roles directivos que produzcan una mayor congruencia entre la sociedad y el lugar de trabajo, se podrá motivar al personal de la empresa en su totalidad, haciendo posible promover una visión real y efectiva de la igualdad en los puestos de dirección de las empresas, centrada en los hombres, como principales actores del cambio.”
Los estereotipos sobre los roles y habilidades de la mujer son una barrera en su avance profesional hacia puestos en el equipo directivo y gubernamental de una organización. Los estereotipos asociados a sus diferentes roles provocan prejuicios y discriminación que continúan perpetuando las desigualdades de género.
Estos estereotipos están tan arraigados que, independientemente del rol y de la posición que desempeñe una mujer, se esperará de ella que se identifique como una cuidadora. Cuando esto sucede, se crean barreras internas que impiden el ascenso de las mujeres hacia posiciones de máxima decisión, lo que se conoce como “Techo de cristal”.
Como resultado, se genera una especia de indefensión aprendida, donde las mujeres ni siquiera intentarán ocupar dichas posiciones, debido al conflicto interno que surge entre sus esquemas y los estereotipos masculinizados de quienes ya ocupan las posiciones de dirección.
Los cambios que sugiere el estudio son:
Implantación de políticas orientadas a promover la igualdad de género en puestos directivos.
Creación de planes de igualdad con el objetivo de realizar un cambio cultural real, y no solo por cumplir con la ley.
Modificar los enfoques en los modelos de liderazgo, con el apoyo de los directivos hombres como agentes del cambio.
Llevar a cabo más investigaciones sobre la existencia de estereotipos de género estructurales en las organizaciones.
Introducir cambios en las medidas legislativas y en las medidas de afirmación positiva.
Fuentes:
elEconomista. (2021, 29 octubre). Los hombres aún muestran estereotipos de género en los roles directivos desempeñados por mujeres. elEconomista.es. https://www.eleconomista.es/gestion-empresarial/noticias/11457181/10/21/Los-hombres-aun-muestran-estereotipos-de-genero-en-los-roles-directivos-desempenados-por-mujeres.html
Woman Forward. (2020, noviembre). 1er Informe para promover la creación de valor y la igualdad en las empresas: propuestas para avanzar. https://womanforward.org/investigaciones-igualdad-de-genero/
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